Ojazos, como ves, aunque sólo por curiosidad ¡Lo publico! Y para todos los que pasen por el blog, Ojazos asegura que esto es un hecho real, y es historiadora… Ahora ¡Por los clavos de Cristo!
No sé si me lo creo o no, pero hay va:
Cuerpo de Pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios, de Málaga
En diciembre de 1840, se autorizaba la creación (merced a una especialísima dispensa del Obispo de Andalucía) del Cuerpo de Pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios, de Málaga.
Las pajilleras de caridad (como se las empezó a denominar en toda la península) eran mujeres que, sin importar su aspecto físico o edad, prestaban consuelo con maniobras de masturbación a los numerosos soldados heridos en las batallas de la reciente guerra carlista española.
La autora de tan peculiar idea, había sido la Hermana Sor Ethel Sifuentes, una religiosa de cuarenta y cinco años que cumplía funciones de enfermera en el ya mencionado Hospicio. Sor Ethel había notado el mal talante, la ansiedad y la atmósfera saturada de testosterona en el pabellón de heridos del hospital. Decidió entonces poner manos a la obra y comenzó junto a algunas hermanas a "pajillear" a los robustos y viriles soldados sin hacer distingos de grado. Desde entonces, tanto a soldados como a oficiales, les tocaba su "pajilla" diaria. Los resultados fueron inmediatos.
El clima emocional cambió radicalmente en el pabellón y los temperamentales hombres de armas volvieron a departir cortésmente entre sí, aún cuando en muchos casos, hubiesen militado en bandos opuestos.
Al núcleo fundacional de hermanitas pajilleras, se sumaron voluntarias seculares, atraídas por el deseo de prestar tan abnegado servicio. A estas voluntarias, se les impuso (a fin de resguardar el pudor y las buenas costumbres) el uso estricto de un uniforme: una holgada hopalanda que ocultaba las formas femeniles y un velo de lino que embozaba el rostro.
El éxito rotundo, se tradujo en la proliferación de diversos cuerpos de pajilleras por todo el territorio nacional, agrupadas bajo distintas asociaciones y modalidades. Surgieron de esta suerte, el Cuerpo de Pajilleras de La Reina, Las Pajilleras del Socorro de Huelva, Las Esclavas de la Pajilla del Corazón de María y ya entrado el siglo XX, las Pajilleras de la Pasionaria que tanto auxilio habrían de brindarle a las tropas de la República.
Elogio de Sor Ethel
(Aunque durante este papado no será propuesta para hacerla Santa, quizás dentro de 300 años)
Sor Ethel Sifuentes terminó su labor yendo al baño de hospital para su acostumbrado ejercicio de lavarse las manos en una palangana de peltre con agua de rosas. Ese día había atendido a siete pacientes consecutivos que, entre el asombro y el estupor, se habían sentido en un oasis que los transportó de golpe a su temprana adolescencia y a la primera vez que se les pusieron los ojos en blanco ante el estruendo mudo del sexo en solitario.
La hermana pertenecía al Cuerpo de Pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios, una piadosa iniciativa aprobada en 1847 por el Obispo de Málaga para atenuar los problemas de abstinencia sexual de los enfermos, y que según se afirma llegó a extenderse por España e incluso por varios países de América Latina. Esta noble institución católica, en la que no sólo participaron monjas sino también voluntarias laicas de diversa estirpe, ejercía la labor humanitaria y caritativa de vaciar las cananas de los enfermos con un sentido del pragmatismo que parece haber perdido (si es que alguna vez lo tuvo) el liderazgo vaticano, cuya postura sobre la sexualidad, la fornicación, la homosexualidad, la masturbación y otros temas humanos parece como un fósil flotante en medio del mar de las secularizaciones.
Para las huestes de Benedicto XVI, en esto seguidoras de Juan Pablo II, la masturbación constituye en efecto un pecado degradante, un grave desorden moral que afecta los resultados escolares, causa fracasos en el deporte y conduce a la neurastenia, algo que yo no escuchaba desde la época en que tiraba piedras por los solares yermos de La Habana. El Vaticano lo había establecido desde 1976: “El uso deliberado de la facultad sexual fuera de la relaciones conyugales normales, contradice esencialmente la finalidad de esa facultad” que traducida al lenguaje llano significa llenarse de hijos.
El Opus Dei, una especie de partido de vanguardia del conservadurismo católico, define a la masturbación como “la excitación voluntaria de los órganos genitales a fin de obtener el placer venéreo”, para después considerarla, acudiendo a la doble moral de la feligresía, como “un acto intrínseca y gravemente desordenado”, una idea escoltada por un sorprendente sentido de la exclusión: “el orgasmo, que es la sacudida que experimenta el cuerpo con la satisfacción del placer sexual, es un derecho exclusivo de los casados”, de manera que en el bosque de la sexualidad no tienen cabida los cazadores solitarios. Los únicos resquicios que se salvan de las llamas parecen ser las poluciones nocturnas, denominadas “conmociones orgánicas involuntarias” que no “pecan contra la pureza”, este último un concepto de claro sentido gnóstico. Pero es sobre todo una proyección de la humedad del celibato –si se cumple con ortodoxia–, vigente para los monjes en medio de un clima de escándalos sexuales que van desde la pedofilia del padre Oliver O´Grady hasta la filmación de un sacerdote con una parroquiana de origen griego en las cálidas arenas de Miami Beach.
En Casos de conciencia.
Diálogos entre el Duque de Rivas y don Antonio Alcalá Galiano, un texto del propio siglo XIX español, su autor se pregunta:
¿Habré yo pecado
que apagada ya la luz
y después de hecha la cruz,
en esta cama acostado
llevé, medio adormilado,
la mano hacia las pudicias
y empecé a hacerles caricias
y cosquillas sin cesar
viniendo el juego a parar
en llenarme de inmundicias?
Tal vez valdría la pena que el actual Obispo de Málaga, Monseñor Jesús Catalá Ibáñez, tenga en cuenta la soledad de estas estrofas y se decida a reciclar la labor solidario-asistencial de las pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios como un acto de justicia, reconocimiento y recordación de aquellas abnegadas trabajadoras de la salud pública que, como Sor Ethel Sifuentes, tanto hicieron por sus enfermos, “más turbados” que nunca por esas manos de seda que un día los llevaron a la Vía Láctea sin haber salido nunca de la Tierra.
Alfredo Prieto. Ensayista y editor cubano. Reside en La Habana
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Ahora me explico porque hacen los dulces tan buenos ¡Manos de santa!
15 comentarios:
¡Caray! Vaya cambio de look. No sé si comentar el nuevo look, el impacto de un artículo tan desconcertante -de ese tema no tenía ni idea- o de lo bien desarrollado que está. Definitivamente, y para hacer el debido honor, me quedo con los tres. No pongo en duda las fuentes, pero el tema, por sí mismo, se las trae. Seguro que la polémica está servida. Un abrazo
A las mujeres nos gusta ir a la pelu, jjjj, o eso decis, porque no es el caso de esta mari-macho.
No te gasto la broma... porque ya te la he gastado en privado ¡Al siguiente!...
¿¡Monjas pajilleras!? ¡¡¡Alucino!!!
Aunque no marcasen su cuerpo femenino, me imagino a los combatientes firmes, firmes...
Ahora tampoco es tan extraño, y visto como hacen los dulces, que son recetas compuestas, me imagino que con una receta simple ¡Como los angeles!
¡Son tan "buenas"! que entre "leche" y agua de rosas...
Abrazote.
Yo no sé si será verdad o no pero la idea me parece estupenda ,podrían tomar ejemplo los curas de hoy en día y practicarla con todas las mujeres que tienen que batallar en la sociedad que nos toca,es probable que las iglesias estarían mucho más llenas.
Ya sabes que yo digo que a algunas les hace falta pasar más a menudo por la peluquería,( a tí también)pero en tu caso se les ha ido la mano con el color.
Joder Maria Manuela, a este paso llenamos conventos, iglesias y peluquerias, jjjj, donde hay que firmar para que los curas nos echen una mano, que de repente, marco la x en la casilla de la iglesia, de la declaracion, vamos, vamos, que poco saben de marketing... se quedaron en la epoca de Chus y sus colegas.
Y siempre te lo he dicho, el dia que me tiña ¡Se nota! Aprovecho para ponerme un rojo dañino a la vista, o un verde ¡Mi preferido!
Y porque lo he dejado cano, el primero iba de ese rubio dorado, que alguna jovencita palindroma se pone, que hace mas daño que mirar al sol, pero luego pensado, haber si van a decir que soy tonta, como dicen de las rubias de bote...
Hasta mañana, besotesssssssss.
ya tengo las gafas de sol, y ande eta eto, k etoy turbao... Besos.
¡Aegon! Esa era la broma, no poderos facilitar la dirección, ahora por tú zona ¡Cachi! Te resulta más fácil... jjjj, pues ya sabes estar con tú novia, que es guapa y "rubia". Besos.
Ah! Y las gafas de sol para ¿Qué? Que me conozco esos ojillos chisposillos, jejeje.
Brindo por esas "pajilleras" al servicio de la Republica. Te sienta muy bellamente el negro en el blog.
Un Saludo
Hola Edu! El negro es el color de las brujas, jjjj. Lo de las pajilleras... Sabes, soy animal mas de logica, que de grande cultura, siempre he pensado que una institucion tan rancia como la iglesia, ha permanecido durante siglos, porque se ha adaptado a los tiempos ¡Y sin cambiar un apice! Me explico, si hay que bendecir una guerra ¡Se bendice! Podria ser que en tiempos de republica, que la religion no era muy querida, se adaptasen a las circunstancias ¡Liberales a tope! Ahora, en tono de humor, tambien es razon de que la Republica fuese a pique ¡Le faltaba "mala leche"! Jajaja. A todos, este comentario no es cientifico, es mi opinion volada. Besos.
Juraría que esta mañana, muy temprano, abrí tu blog y no estaba así....En cualquier muy chulo el cambio!! Y ya puestos, lo has inaugurado con una entrada atrevida!! Me encanta el nombre de la congregación... más claro, imposible. Ahora bien, creo que seré un poco más comedida a la hora de ingerir esos dulces benditos que citas al final..
Un momento..¿me está diciendo que una monja,o monjas,aliviaban a los soldados...?
Eso me suena a mi más a fantasía sexual(sí,alguno habrá...)que a realidad...
Porque me estoy imaginando la situación,(y yo imaginación tengo de más),y pienso:¿qué le dices a la monja en tal tesitura?:"¿Puedo besarla,hermana,es que sino es un poco frío...?"...JA,JA...
O al día siguiente:"Hermana,ayer me vi turbado,pero hoy me veo mas..."...jua,jua...
O le dices:"...la mano,la boca...si al fin es lo mismo...no ponga tantas pegas...sor...tija,que es usted una joya."..ja,je,ji...
Ya digo que no lo veo yo muy claro,me parece más una leyenda...
Además,si es que el infierno yo me lo imagino así:yo tumbado en una cama,y una monja...y...¡Arghh!..no poder acabar núnca...¡Ay!que esto no se puede decir en el internes...
Un abrazo.
Y lo de "jovencita palíndroma",me puedes explicar en qué sentido lo dices...
Riviere ¿Cómo dices que imaginas el infierno? jajaja, el infierno rojo, muy rojo, como los farolillos de algún espacio lúdico ¡Qué las monjas de fantasía llevan liguero! Y estas no querían marcar nada femenino, tenían la ... en las manos.
También pienso que tiene más de leyenda que de realidad, pero esta bruja, por caridad cristiana, cuando ha visto esto ¡No se ha resistido! Todo lo que sea darle atributos a las monjas... Aunque de todo lo canónico, no me extraña casi nada.
Lo de palindroma, jjjj, es como un amiguito llama a su novia, aunque su rubio parece natural, en su día me llamó la atención la palabreja y me quedé con ella, aunque dejando a “Ender” a un lado... ¿Sabes lo que significa literalmente? O ¿Alguien sabe que significa? Tengo una gran curiosidad...
Un palíndromo es la palabra que puede leérse igual al derecho que al revés,como Ana,ala(que es palíndromo polisémico),etc...Ahora bien,el sentido en que lo aplica tu amigo a la chica,en éste caso,prefiero no imaginármelo...sí,mejor,porque iba a decir una barbaridad...
Un abrazo.
Otia Riviere ¡Claro un palíndromo! Pues va a ser que lo aplica bien y no salgo de mi asombro, su novia se llama Ana, jjj, si ya te digo Ender, al menos literariamente, es sinónimo de erudito... La que lo aplica mal soy yo ¡Gracias!
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