Artículo de noviembre/2006, copiado y pegado de una web alucinante que trata de todas las Ciencias, y la voy a omitir porque tiene cojones, pero muchos cojones, algunas coincidencias. Aplicaros que es bonito a la par de interesante.
ILUSIÓN DE LA LUNA
Puede que la visión de la Luna fuese lo primero que nos impulsó a mirar a las estrellas. Y, a pesar de todo este tiempo, somos incapaces de hacerlo bien. Si observamos la Luna acercase al horizonte veremos como, aparentemente, aumenta su tamaño. Y los científicos siguen discutiendo cual es la causa de este engaño. La primera pregunta que debemos hacernos es si se trata de un efecto externo, un espejismo de algún tipo. Hay diversos métodos para comprobarlo pero uno de los más impactantes es utilizar una fotografía con varias exposiciones como la de Shay Stephens. Como se ve en la foto el tamaño de la Luna no varia. La fotografía no detecta cambios así que se trata de algo que esta en nuestra cabeza. Otro ejemplo de que no siempre podemos fiarnos de la realidad. Así que descartados los efectos físicos y las distorsiones atmosféricas solo cabe pensar que se trata de una ilusión óptica de algún tipo. Nuestro cerebro no percibe bien las distancias y nos engaña sobre el tamaño real. La primera candidata es la ilusión de Ponzo. En esta ilusión interpretamos que las líneas horizontales tienen diferentes dimensiones porque somos engañados por las líneas convergentes que las rodean. Sus defensores sostienen que arboles, carreteras y otros elementos del paisaje crean el mismo efecto que las lineas de la imagen. Otra teoría sostienen que pueden explicar este hecho basándose en la “Ley de Emmert". Según esta teoría los objetos cuya imagen ocupa el mismo tamaño sobre nuestra retina son ajustados en tamaño para nuestro cerebro en función de la distancia percibida. Sin embargo estas teorías tienen un problema, pilotos aéreos alejados de cualquier punto de referencia han informado de la misma ilusión. Tampoco son las únicas y la entrada de Wikipedia incorpora unas cuantas explicaciones mas. Una última teoría que esta empezando a ganar apoyo se centra en los músculos de nuestros ojos. Cuando observamos un objeto, unos pequeños músculos desplazan los globos oculares para converger en el mismo. El cerebro se ayuda de ese movimiento para calcular la distancia a la que se encuentran y, de alguna forma, este cálculo parece fallar cuando la Luna, o el Sol, se acercan al horizonte. Un artículo fue publicado en Nature el 5 de febrero de este año. El experimento utilizó equipos de resonancia magnética nuclear para estudiar como se procesaba la información visual. En cualquier caso, y mientras se llega a un consenso sobre el tema, resulta fascinante observar como la simple visión de Luna sigue inspirando a la ciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario