- Os aseguro que uno de vosotros me va a traicionar
- ¿Seré yo, maestro?
- No, tú no
- ¿Quizás yo?
- ¿Tú quién coño eres?
- Francisco Nicolás para servirle, señor
Y esa es la explicación de que no tuviese barba, nada que ver con que fuese María Magdalena, como se ha insinuado
